LECCIÓN
La lección (o sesión de curso), acondicionada o no en función de la pedagogía moderna, es todavía uno de los métodos más ampliamente practicados.
Esto es porque ofrece ciertas innegables ventajas. Cuando se dispone de poco tiempo, por medio de este método la exposición de cualquier tema puede hacerse en corto tiempo que el que se usa en cualquier otro, desde luego siempre que el instructor sea un experto en la materia y logre una comunicación directa con el grupo. Claridad en la exposición, una introducción motivan te y conclusiones contundentes son los puntos clave de éste método de enseñanza.
La lección debe ser concebida como un método abierto a todo tipo de pedagogías: se puede en una lección, introducir el uso de medios audiovisuales, trabajos de grupo, actividades creativas. Esta puede alternarse con otras actividades como cursillos, trabajos prácticos, sesiones de “brainstorming”, etc.
En este método, el instructor presenta un tema ante un grupo de participantes.
El método está integrado por cinco fases que son: introducción, sensibilización y exploración, consolidación, síntesis y regulación.
a. Introducción
La lección comienza por una introducción en la cual el formador comunica a los participantes los principales objetivos a lograr expresados en términos de lo que estos podrán hacer al final de la lección. Este define dichos objetivos en relación con lo que ha sido estudiado anteriormente y con el conocimiento, la experiencia o las vivencias de los participantes. Finalmente controla los pre-requisitos no dominados por la mayoría de los participantes. Dicho control puede efectuarse a través de la aplicación de un formato que permita hacer la identificación de aprendizajes previos, o , mediante un sondeo (interrogación a algunos alumnos). En este último caso, se trata de un control indicativo, de un valor muy discutible.
b. Sensibilización y exploración
Durante una buena lección, el enseñante se esfuerza por sensibilizar a los participantes. Dicha sensibilización comenzó cuando el enseñante (en la fase anterior) vinculó los objetivos de la lección con lo adquirido anteriormente y con la experiencia de los participantes. Es también necesario relacionar los objetivos de la lección con los resultados de aprendizaje y con las motivaciones de los participantes para suscitar en ellos el deseo de avanzar en su aprendizaje mediante el estudio del problema planteado.
La fase de sensibilización, pretende además, proporcionar una vivencia de lo que será aprendido. Para lograrlo, se puede emprender el aprendizaje proponiendo a los participantes un problema específico (que sea de su interés) y ayudándoles a resolverlo. Se escoge de manera que al resolverlo con la ayuda del formador, los aprendices descubran los fundamentos de la lección.
Dicha fase consiste generalmente, en una actividad de descubrimiento de la solución de un problema y/o de un método de solución.
Sin embargo, algunas veces la fase de sensibilización se refiere esencialmente a una sensibilización de los participantes en relación con el problema. Esto ocurre particularmente en el caso de los objetivos de naturaleza socio-afectiva (que se refieren a las actitudes).
c. Conclusión e integración
Esta fase comienza por la comunicación clara y precisa de los hechos, de las relaciones, los principios y de las estructuras que han sido descubiertos en la fase anterior y que son objeto de aprendizaje. Dicha comunicación puede hacerse ya sea entre los participantes o bien por parte del formador hacia los participantes; también se pueden combinar los dos tipos de comunicación.
El formador propone a continuación a los participantes actividades o situaciones progresivas y variadas en las cuales éstos podrán aplicar lo aprendido y podrán ejercer el comportamiento o las actitudes que acaban de adquirir.
El formador da finalmente a los participantes la ocasión de relacionar lo que han aprendido con lo anteriormente adquirido y de combinar lo adquirido en la lección con lo anteriormente adquirido en la resolución e problemas. En esta etapa final se produce la transferencia y se integran las nociones adquiridas al “conocimiento activo” del participante.
d. Síntesis
La lección propiamente dicha finaliza con una síntesis. Esta puede ser efectuada por los participantes guiados por el formador. No puede ser solamente un resumen. Demostrar de manera clara, las relaciones entre lo que han aprendido.
e. Regulación
En esta fase el formador controla que las nociones y las conductas que fueron objeto de la lección hayan sido adquiridos por la mayoría de los participantes y que estos sean capaces de ponerla en práctica dentro de nuevas situaciones.
f. Evaluación
El formador aplica el instrumento de evaluación para medir las lagunas y deficiencias que se constaten, el formador revisará la lección y en caso necesario propondrá un plan de mejoramiento ejercicios correctivos a aquellos participantes que no alcanzaron los resultados de aprendizaje. Es aquí donde se manifiesta una clara deficiencia de la lección o sesión de curso tradicional: el resultado nunca es el mismo para todos los participantes y el formador está obligado a ajustarse a la mayoría. Si se quiere que todos los participantes dominen los objetivos y logren los resultados de aprendizaje, se hace necesaria la individualización.
La lección (o sesión de curso), acondicionada o no en función de la pedagogía moderna, es todavía uno de los métodos más ampliamente practicados.
Esto es porque ofrece ciertas innegables ventajas. Cuando se dispone de poco tiempo, por medio de este método la exposición de cualquier tema puede hacerse en corto tiempo que el que se usa en cualquier otro, desde luego siempre que el instructor sea un experto en la materia y logre una comunicación directa con el grupo. Claridad en la exposición, una introducción motivan te y conclusiones contundentes son los puntos clave de éste método de enseñanza.
La lección debe ser concebida como un método abierto a todo tipo de pedagogías: se puede en una lección, introducir el uso de medios audiovisuales, trabajos de grupo, actividades creativas. Esta puede alternarse con otras actividades como cursillos, trabajos prácticos, sesiones de “brainstorming”, etc.
En este método, el instructor presenta un tema ante un grupo de participantes.
El método está integrado por cinco fases que son: introducción, sensibilización y exploración, consolidación, síntesis y regulación.
a. Introducción
La lección comienza por una introducción en la cual el formador comunica a los participantes los principales objetivos a lograr expresados en términos de lo que estos podrán hacer al final de la lección. Este define dichos objetivos en relación con lo que ha sido estudiado anteriormente y con el conocimiento, la experiencia o las vivencias de los participantes. Finalmente controla los pre-requisitos no dominados por la mayoría de los participantes. Dicho control puede efectuarse a través de la aplicación de un formato que permita hacer la identificación de aprendizajes previos, o , mediante un sondeo (interrogación a algunos alumnos). En este último caso, se trata de un control indicativo, de un valor muy discutible.
b. Sensibilización y exploración
Durante una buena lección, el enseñante se esfuerza por sensibilizar a los participantes. Dicha sensibilización comenzó cuando el enseñante (en la fase anterior) vinculó los objetivos de la lección con lo adquirido anteriormente y con la experiencia de los participantes. Es también necesario relacionar los objetivos de la lección con los resultados de aprendizaje y con las motivaciones de los participantes para suscitar en ellos el deseo de avanzar en su aprendizaje mediante el estudio del problema planteado.
La fase de sensibilización, pretende además, proporcionar una vivencia de lo que será aprendido. Para lograrlo, se puede emprender el aprendizaje proponiendo a los participantes un problema específico (que sea de su interés) y ayudándoles a resolverlo. Se escoge de manera que al resolverlo con la ayuda del formador, los aprendices descubran los fundamentos de la lección.
Dicha fase consiste generalmente, en una actividad de descubrimiento de la solución de un problema y/o de un método de solución.
Sin embargo, algunas veces la fase de sensibilización se refiere esencialmente a una sensibilización de los participantes en relación con el problema. Esto ocurre particularmente en el caso de los objetivos de naturaleza socio-afectiva (que se refieren a las actitudes).
c. Conclusión e integración
Esta fase comienza por la comunicación clara y precisa de los hechos, de las relaciones, los principios y de las estructuras que han sido descubiertos en la fase anterior y que son objeto de aprendizaje. Dicha comunicación puede hacerse ya sea entre los participantes o bien por parte del formador hacia los participantes; también se pueden combinar los dos tipos de comunicación.
El formador propone a continuación a los participantes actividades o situaciones progresivas y variadas en las cuales éstos podrán aplicar lo aprendido y podrán ejercer el comportamiento o las actitudes que acaban de adquirir.
El formador da finalmente a los participantes la ocasión de relacionar lo que han aprendido con lo anteriormente adquirido y de combinar lo adquirido en la lección con lo anteriormente adquirido en la resolución e problemas. En esta etapa final se produce la transferencia y se integran las nociones adquiridas al “conocimiento activo” del participante.
d. Síntesis
La lección propiamente dicha finaliza con una síntesis. Esta puede ser efectuada por los participantes guiados por el formador. No puede ser solamente un resumen. Demostrar de manera clara, las relaciones entre lo que han aprendido.
e. Regulación
En esta fase el formador controla que las nociones y las conductas que fueron objeto de la lección hayan sido adquiridos por la mayoría de los participantes y que estos sean capaces de ponerla en práctica dentro de nuevas situaciones.
f. Evaluación
El formador aplica el instrumento de evaluación para medir las lagunas y deficiencias que se constaten, el formador revisará la lección y en caso necesario propondrá un plan de mejoramiento ejercicios correctivos a aquellos participantes que no alcanzaron los resultados de aprendizaje. Es aquí donde se manifiesta una clara deficiencia de la lección o sesión de curso tradicional: el resultado nunca es el mismo para todos los participantes y el formador está obligado a ajustarse a la mayoría. Si se quiere que todos los participantes dominen los objetivos y logren los resultados de aprendizaje, se hace necesaria la individualización.
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